Se trata de una de las especies residentes más frecuentes de su género en España. Su nombre común en la mayoría de lenguas describe su principal característica distintiva: su cabeza es de color negro (en los machos). Hábitat: Suele habitar en matorrales mediterráneos espesos, con frecuencia presente en espinos, alcornocales, palmitos, lugares pedregosos, pinares, pero siempre con sotobosque. También ocupa jardines y parques y arboledas o grupos de árboles cercanos a viviendas, ya sean decorativos o cultivados. Es común en zonas de zarzales y malezas, huertos, riberas de cursos fluviales, frutales de secano, e incluso zonas del área suburbana. No es tan frecuente observar esta especie por encima de los 1.000 metros de altitud. Amenazas: Se trata de una especie muy adaptable a los entornos humanizados, lo que ha permitido que sus poblaciones sean estables y elevadas.